viernes, agosto 24, 2007

Un Polifemo llamado Dean

En el refugio, los niños eran los únicos tranquilos. Juan Daniel de la Cruz, de ocho años, explicaba qué es un huracán: "Es como un monstruo de viento y agua, pero que sólo tiene un ojo, por eso no ve bien dónde llega y destruye casas y árboles". Su hermano de seis años contaba sus recuerdos del huracán Wilma, de hace dos años. "Feo. Tumba árbol, casa, la gente lo ve cuando viene".

En El Pais.

9 comentarios:

Carz dijo...

En ese sentido, los niños son afortunados, pueden imaginar sin entrar en contradicciones.

Alguien dijo una vez algo parecido a esto:"por fin me siento lo bastante joven como para saberlo todo"

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un monstruo ciclópeo que además es ciego y torpe, siempre masacra a los mismos, los más debilitados.

ralero dijo...

La miseria es una Hidra policefálica: unas veces muerde con la cabeza del huracán, otras con la del terremoto, otras con la de la sequía... pero siempre suele dirigir sus bocados contra los mismos: contra los pobres y los débiles. Por fortuna, los niños, la pueden aún ver, en parte, como el personaje de un cuento (para no dormir, pero cuento). Nosotros, desde aquí, también somos como niños que la vemos como ficción. Una lástima. Abrazos.

UMA dijo...

La ignorancia en algunos casos es un aliado.
Los niños construyen unas realidades sorprendentes que a veces nos hacen crecer a los adultos.
Un abrazo, Leuma

peregrina dijo...

Los niños son unos creadores únicos, grandes artistas que a veces no escuchamos. Recuerdo a mi sobrinita contándome que había soñado con un camino que llevaba a una casita, sonde estaba yo comiendo manzanas. Su pregunta fue : me guardaste una?
Un abrazo querida.

ybris dijo...

Dichosa inocencia infantil.
Saben bien que el huracán es torpe en su maldad.
Algún día quizás descubran que la maldad no está en Dean sino en quienes entregan a Dean sus víctimas.

Besos

Nico dijo...

Muy lindo..

Si tienes ganas, pasate por el mio.

Espero que te guste.

Un abrazo, que andes bien.

Nicolas

Anónimo dijo...

Los niños, querida Leuma, andan por las fantasías como nosotros lo hacemos perdidos en realidades absurdas y sin sentido. Pero sus palabras, a veces, serían capaces de destrozar el argumento más sólido de cualquier avezado político o científico.
UN ABRAZO

Leuma dijo...

Gracias a todos. Nico, bienvenido.